Nació en la isla Gecko en el seno una familia granjera, o al menos eso es lo que dicen sus padres. Ellos, al no poder tener hijos, rogaron por un milagro y un día fueron recompensados con un bebé que “cayó del cielo”. Realmente nació en Skypiea aunque aún era muy pequeña para recordarlo. Jolyne no quiso preguntar a sus padres al principio por el amor que les tenía, pero ya de pequeña se dio cuenta de un rasgo que la diferenciaba del resto: dos pequeñas alas blancas en su espalda y dos antenas que le salen de la cabeza. Las causantes de que sus vecinos bromearan diciendo que la niña había salido medio animal.
Sus padres aseguraban que era una bendición, así que, con dudas y reticencia, se resignó a esconderlas debajo de la ropa y no hablar más del tema.
Jolyne pasaba felizmente los días en la granja cuidando el ganado, cultivando la cosecha, eliminando las plagas o arreglando cualquier pequeño inconveniente que pudiera surgir. Siempre había trabajo que hacer, pero en sus pocos ratos libres le gustaba jugar a disparar latas vacías y, cuando desarrolló la pequeña afición a mascar tabaco, practicaba puntería escupiéndolo. Se le acabó atrofiando el sentido del gusto, lo que no le impide devorar como un caimán todo lo que pueda sin remilgos.
En su casa era generalmente su madre la que, escopeta en mano, ahuyentaba a los animales más peligrosos. Con su padre disfrutaba de sentarse en el porche por las tardes a cotillear sobre los vecinos del pueblo. Eso siempre la animaba, incluso cuando se perdió su querida vaca Betty.
A duras penas podían mantenerse en la granja. Sobrevivían a base del intercambio de comida o productos con sus vecinos, lo que llevó a su familia a contraer grandes deudas monetarias con terceros. Jolyne, acostumbrada al trueque, no tuvo la oportunidad de aprender el valor del dinero, por lo que no es realmente consciente de la magnitud del problema.
Lo que más le gustaría es recuperar la granja de sus padres y hacer que no vivan más penurias. Tener una vida tranquila sin cobradores que la persigan por consumir bienes.